En un viejo pueblo Mexicano creció  Celofán  él siempre fue diferente al resto de su familia pues por donde quisiera que iba su ruido abrumador molestaba a cualquiera, esto lo ponía tan triste que un día decidió marcharse y buscar su felicidad (escaparse fue muy difícil no dejaba de sonar a cada paso que daba, sin embargo nadie dijo nada, parecía que todos deseaban su partida) ya lleva varios días de camino y donde quiera que llega no lo soportan, su sonido es estrepitoso, desgarrador, abruma, ensordece. Celofán se siente triste, traslucido, sin brillo, talvez solo tenía que dejarse consumir por las llamas de su dolor, por la hoguera de su sufrimiento. Al llegar a un último pueblo sintió que su ruido no los sorprendió tanto, esto lo asombro buscaba la respuesta del porqué, los demás papeles le decían que ya estaban acostumbrados y entonces por fin lo encontró, allí en la calle vio un grupo de papeles que hacían tanto ruido como él. Celofán nunca se fue de allí.